La causa esencial de esta abismal
diferencia entre ricos y pobres son las prácticas capitalistas.
Hasta finales del siglo XX, Venezuela fue una colonia de Estados
Unidos. La llegada de Chávez al poder significó el fin de este
orden criminal y expoliador El 11 de abril se cumpl...irán cinco
años de aquella sucesión vertiginosa de hechos que dejaron una
impronta de sentimientos extremos en la memoria de todos los
venezolanos y venezolanas. Por un lado, la rabia, la indignación,
el dolor ante las brutales y groseras acciones que alcanzaron su
clímax con el secuestro del legítimo presidente de la República
Hugo Chávez Frías y la instauración de un régimen de facto
encabezado, nada más y nada menos, que por el presidente de la
patronal, Pedro Carmona Estanga. En contraste con aquellos
sentimientos, abrigamos una gran felicidad, orgullo y satisfacción
porque en muy poco tiempo el pueblo venezolano hizo justicia,
logrando, de manera pacífica pero firme, que se restaurara el orden
constitucional y que el Presidente Chávez volviera, en 48 horas, a
ocupar el lugar donde los venezolanos y venezolanas lo habíamos
colocado en 1999 mediante una abrumadora mayoría de votos. Aquel
desenlace supera cualquier final feliz propio de la ficción
literaria, y marcó el fin de la pervivencia de un bloque de poder
tremendamente corrompido, no solamente en el manejo de los recursos
públicos, sino desde el punto de vista moral y ético. Lo peor, es
que fueron los responsables de que en uno de los países más ricos
de Latinoamérica el porcentaje de pobres alcanzará el 80 por
ciento en los últimos cuarenta años del siglo XX. Al mismo tiempo,
una pequeña élite ligada al poder alcanzó niveles de riqueza
realmente obscenos. La causa esencial de esta abismal diferencia
entre ricos y pobres son las prácticas capitalistas. Hasta finales
del siglo XX, Venezuela fue una colonia de Estados Unidos. La
riqueza acumulada hasta entonces por el bloque hegemónico criollo
no es otra cosa que el producto de la venta de nuestra soberanía
como país al gran imperio del capital, encabezado por la nación
del norte. Es el resultado de la explotación del pueblo venezolano,
de la reducción del gasto social destinado a la salud, a la
educación, a la alimentación…todo para generar el mayor
beneficio para los capataces locales y los regentes del imperio. La
llegada de Chávez al poder significó el fin de este orden criminal
y expoliador. Por esta razón, antes de 1999 las cúpulas sindicales
de la CTV, que desde hacía mucho tiempo estaban a espaldas de los
trabajadores y trabajadoras, aliados con los empresarios, las
transnacionales de la comunicación y sectores militares defensores
de los intereses imperiales, comenzaron una feroz campaña para
deslegitimar al presidente y a su gobierno. Pretendían evitar que
se pusiera en práctica un programa de gobierno en el que las
mayorías desposeídas, no solamente fueran las más beneficiadas,
sino participantes y protagonistas de los cambios políticos que de
allí en adelante se llevarían a cabo en el país. Esta campaña,
donde los medios de comunicación privados jugaron un papel central,
se identifica con lo que se ha denominado propaganda de guerra y
corresponde con un aspecto de la llamada guerra de cuarta
generación. Entre otras, las características de este tipo de
acción bélica son la asimetría, la implementación de tecnologías
de punta y el uso de la manipulación psicológica de la población
a través de los medios de comunicación, que se valen de ciertas
técnicas para movilizar a la gente en contra de aquel a quien el
imperio ha señalado como su enemigo. El investigador Michel Collon
ha ahondado en este tema, y nos muestra cómo todas aquellas
intervenciones encabezadas por Estados Unidos evidencian,
efectivamente, haber sido “cortadas por la misma tijera”. En
Vietnam, Nicaragua, Grenada, Panamá, Irak, Bosnia, Somalia...el
comportamiento de los medios de comunicación antes de estas
acciones y durante las mismas responde a un patrón. Es posible
identificar lo que el autor ha denominado “las cinco reglas de la
propaganda de guerra”. Estas reglas aún son seguidas
estrictamente en nuestro país por los medios de comunicación
privados por órdenes del Departamento de Estado de Estados Unidos:
Ocultar los verdaderos intereses. Demonizar al adversario. Ocultar
la Historia y la Geografía. Hacer creer que la guerra es limpia, no
contra un pueblo sino contra un dirigente. Propiciar la amnesia
colectiva. En los próximos días presentaremos una cronología
comentada de las noticias emitidas por los principales medios
impresos del país durante los días del mes de abril que
precedieron al golpe de Estado contra el Presidente de la República,
Hugo Chávez Frías.
Fuente www.minci.gob.ve
SPOBMEES
SUCRE.
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"SUMISOS VENCEREMOS"